viernes, 16 de octubre de 2009

COMPRAR UN AUTO

Pocas cosas son más baratas en Nueva Zelanda que en México. Los coches viejos son una de ellas.

Cuando estaba investigando a que país quería viajar leí que entre las cosas que los neozelandeses se quejaban con el gobierno estaba el transporte público, lo que escéptico me hizo pensar: -esta gentuza del primer mundo, no saben lo que es mal transporte público, no se han subido al choribus leonés al que un trayecto de la universidad a mi casa le toma 2 horas con dos cambios de estación lo que normalmente tomaría 40 minutos en auto y como ese ejemplo se me venían muchos más a la mente.

Cuan equivocado estaba. El transporte público neozelandés es la peor cosa que existe en el mundo. En Auckland (la cuidad más grande del país con millón y medio de habitantes) casi en el centro y entre semana los camiones pasan con una frecuencia absurda e imbécil de 1 hora y los fines de semana hasta de 2 horas, y por si eso fuera poco con pésima puntualidad, o sea que encima que no puedes solo salir a la hora que sea a tomar el camión porque quizá llegues a viejo en el intento, tienes que salir programado con media hora de anticipación para asegurarte de tomarlo pero sin saber si lo vas a esperar media hora, 15 minutos o una hora entera lo cual es una total y completa locura. Siendo que en México por lo general más de 20 minutos de esperar el camión provoca por lo menos mentadas de madre a diestra y siniestra!!!
Aquí es donde viene lo interesante. Los coches para poder circular deben de acreditar el programa gubernamental llamado WOF (Warranty of Fitness o Garantía de Buen Estado) lo cual no solo cubre el aspecto ambiental del auto como lo hace la mentada “verificación” sino que enfoca su revisión de manera muy completa desde si sirve una manija, si tiene un poco de metal oxidado en un puerta, si tiene golpes, hasta aspectos esenciales del funcionamiento del motor o los frenos etc. lo que se deriva en que en las calles anden circulando únicamente autos en buenas condiciones y que estos a su vez se preserven por mas años en buen estado.
Dicho lo anterior y bajo mi teoría de que esto provoca demasiada oferta los coches aquí son baratísimos. Tan baratos que es casi irrisorio. Ya que puedes comprar uno bastante aceptable con unos 1000 dólares kiwis lo que son unos 9 000 pesos mexicanos y lo que lleva menos de tres semanas de trabajo.
Si llevamos esto a las escala de los salarios mínimos -para tener otra perspectiva- mientras un neozelandés con 3 semanas de trabajo puede comprar un auto con los 9000 pesos mexicanos que ganó, un mexicano trabajando esas mismas semanas por el salario mínimo pude meterse 800 miserables pesos por el cu**… ah! pero eso sí agarrar el camión en chin**!!! El mío se llama Tamarilo es un Nissan 1992 y es preciosoooo, una joya diría yo!!! Pagué unos 6000 pesos por el, una ganga… aquí se los presento:

lunes, 5 de octubre de 2009

UNA DESCICIÓN GANADORA

Lo difícil de las oportunidades es saber entrever si verdaderamente lo son o no.
Juan Pablo recibió una carta de inmigración que lo hizo llorar. Era la negación de extender su estancia legal dentro de Nueva Zelanda y por lo tanto la obligación de abandonar el país a la brevedad. Su plan de traer a su familia se convertía en una ilusión fracasada. Sus ingresos tenían su sustento en subarrendar la casa a personas como yo y otros 7 inmigrantes de distintas nacionalidades por 85 dólares a la semana.

A veces la vida, en la desdicha del otro, abre una puerta para ti y LA OPORTUNIDAD como suelen ser LAS OPORTUNIDADES, esas oportunidades mayúsculas, llegan repentinamente y sin mucho tiempo para tomarlas o dejarlas.

Esa oportunidad fue una oferta obligada por su partida repentina hacia los miembros de la casa: El traspaso del contrato de arrendamiento mas todos los muebles de la casa (entre camas, teles, microondas, sala, comedor, lavadora, refrigeradores etc. etc. etc.) por poco menos de 30 000 pesos mexicanos ($2,250 usd), dinero que desde luego ni lejanamente teníamos, pero decidimos (en la duda) conseguir en un momento de nuestras vidas en que apenas teníamos trabajo y nos habíamos acabado nuestros ahorros hacía mucho tiempo ya.
Juan Pablo trató de robarnos presionándonos pero en su situación teníamos las de ganar, la moneda estaba echada a nuestro favor. El trato era que antes de que el abandonara el país teníamos que liquidar la deuda pero debido a sus antecedentes de poca honestidad decidimos deliberadamente dejarlo ir sin el 100% liquidado y aguantar a ver qué pasaba... y pasó. Justo lo que esperábamos. Empezaron a salir deudas y más deudas y letras pequeñas y una bola de cosas que representaban mucho dinero, que desde luego descontamos de su pago y lo destinamos a lo que correspondía.

Igual que en Big Brother las reglas para los habitantes cambian, ahora las poníamos nosotros y entre ellas estaba pagar un depósito en garantía, cambiar los hábitos de limpieza de la casa, sustituimos a varios hombres con mujeres o parejas, se acabó la gente durmiendo en la sala por unos dólares miserables mas. En fin, lo convertimos en un equipo cosa que ha sido, fue y será día con día extremadamente difícil y gratificante.

La verdad me sorprendió el éxito financiero y lo que esto ha significado para nosotros. Este es el primer MicroNegocio que emprendo y orgullosamente ha sido un éxito, ya recuperamos la inversión y estamos subiendo a un buen paso y lo mejor de todo es que se acerca el verano.
No todo es miel sobre hojuelas y algo chueco tenía que haber… Primero Dios no nos agarre recaudación!!!