Cuando estaba investigando a que país quería viajar leí que entre las cosas que los neozelandeses se quejaban con el gobierno estaba el transporte público, lo que escéptico me hizo pensar: -esta gentuza del primer mundo, no saben lo que es mal transporte público, no se han subido al choribus leonés al que un trayecto de la universidad a mi casa le toma 2 horas con dos cambios de estación lo que normalmente tomaría 40 minutos en auto y como ese ejemplo se me venían muchos más a la mente.
Cuan equivocado estaba. El transporte público neozelandés es la peor cosa que existe en el mundo. En Auckland (la cuidad más grande del país con millón y medio de habitantes) casi en el centro y entre semana los camiones pasan con una frecuencia absurda e imbécil de 1 hora y los fines de semana hasta de 2 horas, y por si eso fuera poco con pésima puntualidad, o sea que encima que no puedes solo salir a la hora que sea a tomar el camión porque quizá llegues a viejo en el intento, tienes que salir programado con media hora de anticipación para asegurarte de tomarlo pero sin saber si lo vas a esperar media hora, 15 minutos o una hora entera lo cual es una total y completa locura. Siendo que en México por lo general más de 20 minutos de esperar el camión provoca por lo menos mentadas de madre a diestra y siniestra!!!
Aquí es donde viene lo interesante. Los coches para poder circular deben de acreditar el programa gubernamental llamado WOF (Warranty of Fitness o Garantía de Buen Estado) lo cual no solo cubre el aspecto ambiental del auto como lo hace la mentada “verificación” sino que enfoca su revisión de manera muy completa desde si sirve una manija, si tiene un poco de metal oxidado en un puerta, si tiene golpes, hasta aspectos esenciales del funcionamiento del motor o los frenos etc. lo que se deriva en que en las calles anden circulando únicamente autos en buenas condiciones y que estos a su vez se preserven por mas años en buen estado.
Dicho lo anterior y bajo mi teoría de que esto provoca demasiada oferta los coches aquí son baratísimos. Tan baratos que es casi irrisorio. Ya que puedes comprar uno bastante aceptable con unos 1000 dólares kiwis lo que son unos 9 000 pesos mexicanos y lo que lleva menos de tres semanas de trabajo.
Si llevamos esto a las escala de los salarios mínimos -para tener otra perspectiva- mientras un neozelandés con 3 semanas de trabajo puede comprar un auto con los 9000 pesos mexicanos que ganó, un mexicano trabajando esas mismas semanas por el salario mínimo pude meterse 800 miserables pesos por el cu**… ah! pero eso sí agarrar el camión en chin**!!! El mío se llama Tamarilo es un Nissan 1992 y es preciosoooo, una joya diría yo!!! Pagué unos 6000 pesos por el, una ganga… aquí se los presento: