viernes, 24 de julio de 2009

ACIERTO Y ERROR

Un acierto me sacó de Auckland pero un error me trajo a Tauranga, bueno no un error más bien diría una equivocación y un engaño para ser más sincero… En mi fracaso de encontrar algo para mantenerme o por lo menos para entretenerme Miguel y yo empezamos a enviar solicitudes de empleo a otras ciudades y recibimos confirmaciones de hostales en los que le dijeron que si había trabajo que solo era cuestión de ir a arreglarlo en persona y que pedían de requisito estar por lo menos una semana hospedándote ahí y te conseguían trabajo. Dijimos ya esta! Además de eso por si fuera poco y por decir lo menos, Laura una amiga chilena, que se había venido antes a estos rumbos, acá hay “harta pega” desde que llegué estoy trabajando y pagan 14 dólares por hora en los plantíos de kiwi recogiendo fruta. La cosa era sencilla cerramos todos nuestros asuntos en Auckland, yo mi flat. Miguel también el lugar donde vivía. Agarrábamos nuestros triques y por $30 dólares nos vamos en camión, llegamos al hostal, nos quedamos una semana ahí y empezamos a trabajar al tiro en lo que buscamos otra cosa y otra casa también más barata. Todo mundo en la escuela nos decía “es durísimo ese trabajo” y casi dijimos eso es lo que queremos, trabajo duro en el campo donde paguen bien, donde demostremos nuestra valentía, y nos terminemos de hacer hombres!!!! Si a los 24 años no puedes hacer algún trabajo quien puede entonces??? Muy muy muy valientes (asnos)!!
En el camino de venida y sin vuelta atrás a medio camino en un camión mas pollero que el Silao-Romita, nos detuvimos específicamente para ir al baño 5 minutos, oportunidad perfecta para nosotros de ir al supermercado que estaba estratégicamente colocado a solo 2 cuadras, quizá para comprar algún aperitivo, estirar las piernas y regresar con tiempo de sobra… Nunca jugarás con el tiempo de lo demás de un anciano. Fue la lección que nos enseño ese camionero que tenía ya muchos mas años que Matusalen. Se me hace que era porque ya le quedaba poco tiempo de vida y no sería justo desperdiciarlo en un cereal y unas galletas marca propia de dos infelices!!! Juro por Dios que se largó sin nosotros, regresamos para solo ver el camión arrancar, nos hizo perseguirlo corriendo entre las calles de un pueblo de 7 personas y un supermercado gigante y con salida escondidísima. Gracias a Dios dio vuelta y ahí aprovechamos para interceptarlo casi lanzándonos debajo de las ruedas para obligarlo a detenerse con todo y todas nuestras cosas.
Llegando al pueblo después de caminar algunas cuadras encontramos el hostal con un letrero en la puerta diciendo “closed” pero como me no hablar inglés nos las arreglamos para meternos detrás de un huésped y conseguir una habitación carísima. La primera noticia… NO HAY TRABAJO… Y NO VA A HABER… la temporada terminó… nos engañaron como a chinos y ya estábamos ahí en un pueblo desconocido con una mano adelante y otra atrás… como siempre pues.
A la mañana siguiente dijimos ¡Laura! La llamamos ya que ella está trabajando y gana 14 dólares la hora. Debe de tener bastantes contactos. Llegamos con ella y… engaño de nuevo, sin trabajo y con un pésimo panorama… “pero Laura ¿no nos dijiste que estabas trabajando desde que llegaste?? - Aaaaahhhh eso, sí sí, pero pues trabajé desde que llegué en total 3 días y ya no he trabajado mas…” total primero lo primero necesitábamos un lugar mas barato donde pasar la noche que ese hostal 5 estrellas y ella nos dijo pues igual conozco un chileno que renta un lugar y tiene internet y pues pensamos ya está, aunque sea para pasa una semana en lo que sale algo, ya estábamos aquí y no teníamos a donde regresar ni a donde ir ni que hacer.
Aquí encontramos amigos que nos brindaron mucho apoyo. Una japonesita nos recibió con un pastel de kiwi que nos supo a gloria. Igual el cuarto era diminuto pero con televisión, lo del internet era a medias porque era con un cable para 9 personas, y parecía ser que el chileno que manejaba la casa (Juan Pablo) nos daría también trabajo.
La casa está a unos metros de una playa de arena blanca en donde se hace surf y tiene un balcón que voltea hacia el pacifico con puestas de Sol increíblemente hermosas. Teniamos un respiro y aun mucho camino por delante. Un error me sacó de Auckland pero un acierto muy afortunado me trajo a Tauranga, quizá para quedarme…

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