Encontrar un mexicano en un lugar tan lejano, produce una alegría difícil de describir, es como encontrar a un viejo amigo, creo... así nos pasó cuando fuimos a buscar departamento y en el lobby del edificio estaba una pareja abrazándose cariñosamente a lo que ni tardo ni perezoso les grité, "JENSE HAY" claro con la confianza de que en Oceanía el español es como un accesorio inútil... y tómala que eran una chava peruana y un mexicano de nombre Horacio de Zacatecas, dije que como un viejo amigo porque se porto como tal, nunca me había dado tanto gusto encontrar a un mexicano, no cabe duda que la sangre llama!
sábado, 14 de marzo de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario