domingo, 29 de marzo de 2009

CARAS VEMOS, CORAZONES...

La semana pasada hablando de nuestro departamento con los chavos de la otra clase, porque he de decirles que ya es de dominio popular en la escuela que estamos buscando lugar para vivir, un tipo nos ofreció llevarnos a ver un depa ya que según el tenía la llave porque rentaba allí o algo así medio raro. Este personaje que parece de unos 18 años, piel morena, muy muy delgado y chaparrito tiene por nombre Abdul... no sé que mas y es de Arabia Saudita, yo le digo el buen amigo "Ei Bi". Muy amable (rayando en lo raro) de camino nos compró unos refrescos mientras tratábamos de entender su ingles casi ininteligible. Total nos llevó a un departamento muy bonito y pequeño en "THE CITY" como le dicen acá al centro, con una vista hermosa hacía el mar y la cuidad.
Lo curioso del caso es lo que no sabía de los árabes en general por supuesto de él, en primera no tiene 18 años sino 22, que tampoco son muchos, además esta casado desde hace unos meses. En Arabia el noviazgo no se acostumbra, algunos lo hacen a escondidas ya que de otra forma sí el papa de la novia se entera, diría mi amigo Ei Bi “a big problem” ... cuando un hombre se quiere casar le dice a su madre y ella escoge una buena mujer para él y hacen dos fiestas, algo parecido a México la primera más pequeña solo entre las familias íntimas (como cuando pides a la novia o algo parecido) y la otra ya en grande con todo el que se deje. Son ricos de eso no cabe duda, se que también el gobierno les da dinero para sus gastos así que por lo general lo despilfarran en la fiesta y con los amigos, Ei Bi no es la excepción, y gracias Dios soy su amigo, jeje. Fuma y bebe como un desquiciado y es tan tímido que cuando hablas con el por primera vez casi no puede sostener la mirada y le tiemblan los cachetes. Ellos pueden tener hasta 4 esposas, ¡quien fuera árabe!, claro si las puedes mantener a todas… ¡quien fuera mexicano! Que con que mantengas bien la casa chica lo demás es lo de menos! Su plan es llevar a la esposa a Nueva Zelanda y después ir a vivir a Ámsterdam no me pregunten por qué, quizá para él ha de ser como el paraíso por la holgura de las leyes respecto a las drogas y la fiesta. La verdad no dudo ni un segundo que lo haga ya que después de conocer a estos saudís uno se da cuenta que son capaces de cualquier cosa, no cabe duda que caras vemos, corazones no sabemos.

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